Somos lo que comemos
Los alimentos que comemos deben ser muy variados para que estemos
bien nutridos y sanos. Necesitamos algunos que nos ayuden a crecer,
otros que nos mantengan sanos y otros que nos proporcionen energía.
Cada clase de alimentos nos proporciona una parte de los elementos
que necesitamos; ningún alimento contiene todas las proteínas,
vitaminas, minerales, hidratos de carbono y grasas que el organismo
requiere. Una buena comida no sólo tiene buen aspecto y buen sabor;
también debe ser equilibrada e incluir sustancias para el crecimiento
corporal, algunos alimentos energéticos y también los que nos ayuden
a proteger nuestra salud.
Las proteínas son las principales sustancias que
constituyen nuestro organismo; tienes que tomar
muchas mientras estás creciendo. Todas las
células de tu organismo
necesitan proteínas
para poder reproducirse. Cuanto
más deprisa creces, más
proteínas necesitas, pero incluso
cuando dejamos de crecer
seguimos
necesitándolas para producir células
nuevas y para reemplazar a aquellas
que se gastan y se
desechan. Los
alimentos que proceden de animales
–carne, pescado, aves, huevos, leche, queso– son las
mejores fuentes de proteínas. También contienen muchas
proteínas los frijoles, las lentejas y toda clase de frutos secos.
Las vitaminas y los minerales nos ayudan a
mantenernos sanos y a resistir infecciones,
enfriamientos y otras enfermedades.
Los necesitamos para tener los
huesos y los dientes fuertes y
también para tener buen apetito
y poder realizar una buena
digestión. Nos hacen falta para
mantener un buen
suministro
de sangre y para ayudar a que
las cortadas y
contusiones sanen
pronto. Los alimentos que más
vitaminas y minerales contienen
son la gran variedad de vegetales y
verduras,
frutas frescas, jugos de fruta y frutos secos.
Los hidratos de carbono (o carbohidratos) y las grasas nos proporcionan
la energía que necesitamos para trabajar y jugar. Las proteínas también
nos dan energía, pero si tomamos suficientes hidratos de carbono y
grasas, aquellas podrán ser aprovechadas para trabajos más útiles como
la alimentación celular. Algunas buenas fuentes de hidratos de carbono
son: el pan, los cereales, las papas, el espagueti, los macarrones, el arroz,
el azúcar y los caramelos (sin embargo, la mayor parte de los alimentos
dulces son perjudiciales para la dentadura). Algunos de los alimentos que
nos proporcionan grasas son: la margarina, la mantequilla, los aceites para
cocinar y algunas salsas.
Kaufman, Joe (1988), Cómo… nacemos, crecemos, funciona nuestro cuerpo,
aprendemos, Madrid, Susaeta Ediciones.