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Un salón de clases muy verde
Un grupo de estudiantes del Liceo San Miguel, de Pereira, Colombia, dedicansu tiempo libre a realizar proyectos ambientales. Todo un ejemplo a seguir.
Los humedales son superficies cubiertas de agua, con un ecosistema rico envegetación y fauna que hace de estos espacios zonas de gran valor para elequilibrio ambiental, en especial en las ciudades, donde muchas veces lo únicoque encontramos es cemento, carros y contaminación. Pero qué pensarías site dijéramos que en esa escuela de Pereira, Colombia, los alumnos tienen comosalón de clases un humedal. Aunque no lo creas, así es.
Dos años atrás, los estudiantes y profesores del colegio empezaron a sentirmalos olores, puesto que a un lado del colegio había un terreno baldíolleno de basura y escombros de construcciones aledañas... Sólo don Juan, eljardinero de la institución, se atrevía a cruzar la cerca de espinosos bambúesque encerraba este sitio. Sin embargo, un día los alumnos de secundaria, queen ese momento estaban concentrados en identificar y clasificar las especiesanimales y vegetales que se encontraban en los alrededores de la escuela,decidieron entrar y explorar la zona.
Comenzó, entonces, la recuperación de este territorio de la mano de Luz StellaTisnés, coordinadora del Departamento de Proyectos Ambientales del colegio;los docentes; don Juan, por supuesto, y un grupo de investigación que integran19 niños de primaria y 14 jóvenes de secundaria y bachillerato, entre los 8 y los17 años.
La prioridad era limpiar y acabar con la maleza. Luego, para evitar quese llenara de desechos de nuevo, decidieron sembrar maíz y, de paso, teneralimento para los animales de la granja, otro de los proyectos ambientales dela escuela. Pero al hacer los surcos para poner las semillas, empezó a brotaragua de la tierra.
Decidieron buscar ayuda en la Corporación Autónoma Regional de Risaralda,entidad encargada de ejecutar políticas y programas sobre ambiente. Ellos,después de realizar algunos estudios, se dieron cuenta de que el terreno baldío eraun humedal. “Fueron ellos quienes nos confirmaron que se trataba de un lugarde gran valor para el municipio, y se iniciaron los trabajos de inmediatole contó a Semana junior, Luz Stella. El centro del humedal se cercó para permitirsu recuperación natural, y a medida que se realizaba la limpieza empezamos adescubrir insectos de formas increíbles”.
Como homenaje a los indígenas embera chamí, el humedal recibió el nombre deSanapur, que significa "madre tierra". Gracias al trabajo de los niños y jóvenesdel colegio, lo que antes era un pantano, foco de basuras y malos olores, seconvirtió en el hábitat de libélulas, mariposas, escarabajos, ardillas, aves ymás de 25 especies de flora. Después de terminar los trabajos de recuperación,los alumnos del grupo de investigación quisieron ir más allá y empezaron acombinar la ciencia, el arte y la arquitectura, y a diseñar espacios enfocados alaprendizaje.
Respetando la vegetación de la zona, utilizaron bambú y piedra triturada paralos senderos y caminos y un mandala (círculo) de piedra para atraer insectos yasí poder estudiarlos de cerca; además, sembraron frambuesas, plátano y especiesde melíferas para su alimentación y la de los animales de la zona.
Asimismo, con la madera de unárbol que tuvieron que talar, puessignificaba un peligro para losestudiantes, construyeron dentro delhumedal el aula escolar Danavanía,"madre agua" en el lenguaje emberachamí, donde los más pequeñosponen en práctica lo que aprendenen clase. De esta forma, el humedal,además de ser rescatado por los niñosy jóvenes del grupo de investigaciónen beneficio de la región, se convirtióen salón de clases y laboratorio alservicio de los alumnos y docentesdel colegio.