Una vez que la mascota tiene todas las vacunas puestas, el siguiente paso para que esté totalmente sana es una alimentación variada y equilibrada, así como el consumo frecuente de agua fresca. La cantidad de comida que le demos dependerá del tamaño, la raza y el sexo del animal, así como de su nivel de actividad. Hay que evitar la alimentación a base de sobras o de alimentos que no son específicos para una mascota. Si no tiene ningún problema de obesidad (que en cada caso también depende de la raza del animal), lo ideal es dejar un traste con comida para que pueda acceder a ella cuando sienta la necesidad.
Tanto en gatos como en perros hay que controlar la ingesta de carbohidratos y proporcionar la dosis ideal de grasas esenciales, vitaminas y proteínas. En los gatos, el consumo de proteínas debe ser alto.
Las tareas de limpieza podemos realizarlas nosotros mismos, o llevar a nuestras mascotas a la peluquería. El baño debe realizarse sólo cuando es necesario, pues la piel de los animales es más delicada que la del humano y, además, se le puede estropear el pelo o causar alergias. Debemos también mantenerle limpias las orejas y estar pendientes de cortarles periódicamente las uñas.
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