Importancia de la televisión
La televisión comercial constituye un fenómeno social y tecnológico de gran influencia
en la conducta humana. Su influjo puede ser avasallador desde la misma infancia. De
aquí que la mayoría de los gobiernos haya procurado siempre mantener un control
estrecho sobre ella. Pero la presión popular los ha obligado a desprenderse en parte
de su monopolio televisivo y permitir la existencia de cadenas de propiedad privada,
procurando, no obstante, regular su funcionamiento, pues la televisión debería ser ante
todo formativa e informativa y un vehículo de transmisión de cultura, y no un medio más
de diversión.
Fuente de trabajo y economía, la televisión precisa técnicos y especialistas: ingenieros
de comunicación, mecánicos, electricistas, actores, escritores, técnicos para las cámaras,
periodistas, sastres, carpinteros… En este sentido es un gran bien.
La televisión cósmica constituye sin duda el más espectacular empleo de la televisión.
Las primeras emisiones públicas de televisión las efectuó la BBC en Inglaterra en 1927 y la CBS y NBC
en Estados Unidos en 1930.
Por medio de ella, las
sondas espaciales nos han podido dotar de magníficas telefotografías
y telepanorámicas de la Luna, de Marte, de planetas tan lejanos como Saturno, Júpiter y
sus satélites… Las cámaras de televisión de los
satélites Surveyor ayudaron a decidir las zonas
de
alunizaje de los vehículos Apolo. Gracias a la
televisión podemos ampliar nuestro conocimiento
del Universo, sintiéndonos a la vez casi
protagonistas directos de los vuelos y, como los
mismísimos astronautas, ser testigos de grandes
éxitos, como el primer desembarco en la Luna el
21 de julio de 1969, o de grandes tragedias como
la explosión, poco después de despegar,
de la nave Challenger con siete tripulantes
a bordo, ocurrida en enero de 1986.
El mundo entero pudo ver por televisión a
los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y
Michael Collins, quienes fueron los primeros
en llegar a la Luna el 21 de julio de 1969.
Por otra parte, son constantes los lanzamientos
de satélites de comunicaciones que permiten el
establecimiento de auténticas redes universales.
En la actualidad los grandes acontecimientos
deportivos, como los Juegos Olímpicos, están al alcance de quien quiera ser espectador.
Lo mismo sucede con los hechos más importantes, y a veces no tan importantes. Los
norteamericanos pudieron seguir la guerra de Vietnam casi en directo desde sus domicilios.
Este puede ser el gran milagro de la televisión: emitir a escala mundial programas culturales
y educativos de primerísima calidad, contribuyendo a la
escolarización de
ingentes
promociones de niños en la India, en África, en los puntos más remotos, ya sea en los Andes
o en cualquier aldea, de modo que nadie quede privado del acceso a la cultura a la cual
todos tenemos derecho, un gran bien que hemos de mimar y respetar.
Y en medicina, minúsculos aparatos permiten explorar el interior de algunos órganos del ser
humano y descubrir posibles enfermedades antes de que se transformen en un peligro. Las
intervenciones
quirúrgicas se controlan por medio de aparatos de televisión, y también la
recuperación de los pacientes.
La televisión, en resumen, es insustituible hoy en centenares de aplicaciones.
Enciclopedia Infantil Carroggio, Bogotá, Zamora Editores (adaptación).