La sede del Banco Americano para el Progreso (BAP) se encuentra en Ecuador. Si bien tiene relativamente pocos
años en el mercado, su prestigio ha crecido muy rápido. De tal forma que su cartera de clientes se incrementa
exponencialmente, llegando a diferentes ciudades ecuatorianas. Si algo distingue a la institución bancaria,
desde la perspectiva del cliente, es que sus servicios son una real experiencia (por ejemplo, llamar al centro
de atención no implica mayores complicaciones en tiempo: la respuesta y la solución son inmediatas). Mientras
que desde el punto de vista de la organización del BAP, sus servicios son diseñados y administrados para crear
la experiencia deseada por el cliente, lo que convierte a sus procesos en una real arquitectura de
servicios.
En marzo del 2023, el BAP se embarcó en un nuevo proyecto, así impulsó un producto de
tipo crediticio. Este tenía como público objetivo a los medianos productores y a los comercializadores
agropecuarios. El motivo de la propuesta era el crecimiento que estaban experimentando los productos
crediticios, de manera general, en la región. De hecho dos entidades bancarias extranjeras de gran renombre ya
llevaban la delantera en el tema.
Los representantes del BAP, luego de un arduo trabajo de
investigación y segmentación de mercado, lograron identificar que existía un grupo significativo de
productores medianos que tenían alguna experiencia solicitando este tipo de préstamos. Como el negocio se
encontraba en crecimiento su historial crediticio estaba en azul, lo cual los convertía en potenciales focos
para los objetivos del BAP: ingresar y competir en nuevos mercados.