La principal dificultad para el BAP era su falta de experiencia en el rubro, sin embargo, el crecimiento
que habían tenido a lo largo del territorio ecuatoriano, con numerosas sucursales, les otorgaba cierto
nivel de confianza para embarcarse en esta nueva aventura financiera y así llegar a sus potenciales
clientes.
Luego de pensar en un nombre atractivo para su producto, finalmente, se decidieron por “Manos a la obra”.
Este se trataba de un préstamo de capital de trabajo destinado a cubrir los gastos que representan el
desarrollo de cultivos con períodos de crecimiento menores a dos años. El tiempo que otorgaba el BAP para
pagar este crédito no podía ser superior a los 36 años ni menor a los 12 meses. Por otro lado, la tasa de
crédito era sumamente baja (9 % anual). Los más importantes costos que cubría este crédito eran los
siguientes: el alquiler del terreno para la siembra, la preparación del suelo, la siembra misma, el
proceso de fertilización, el control de las malezas, el riego, el trabajo fitosanitario, la recolección y,
por supuesto, la asistencia técnica. Tomando en cuenta todos los anteriores aspectos, además, del
fundamental nivel de riesgo que se debía afrontar, se calculó que el préstamo que otorgaría el BAP, tras
el ingreso de la solicitud, podría ser aprobado en un máximo de 3 días útiles.
Buscando alternativas en el mercado
Roberto Riveros es el directivo principal de Industrias del Norte S. A., una de las más importantes
cooperativas productoras y exportadoras de plátano orgánico de la provincia de Guayas, Ecuador. Riveros es
un financiero de amplia experiencia y muy conocido en el mundo agropecuario ecuatoriano y, también,
colombiano.
