1. Identificar tus fortalezas y tus áreas de oportunidad en el estudio
La mayoría de los estudiantes suele tener problemas con su rendimiento escolar en algunas asignaturas. Tal vez tú consigues buenas notas en Historia y tienes problemas en Física, o eres bueno en Matemáticas pero Literatura se te complica. Cualquiera que sea el caso, puedes mejorar tu rendimiento escolar con un poco de esfuerzo. Para empezar, debes conocerte a ti mismo y trabajar en la:
a. Identificación de fortalezas. Fuera de la escuela hay cosas o temas que se nos facilita trabajar y temas de los que no queremos ni enterarnos; y como estudiantes nos ocurre lo mismo. Por lo tanto, es muy importante que identifiques tus puntos o temas fuertes como individuo y como estudiante, pues tanto en la vida como en la escuela no siempre es posible hacer sólo lo que a uno se le facilita. Piensa, por ejemplo, si tu gusto por acampar tiene relación con tu habilidad para estudiar Biología, o si tus apuntes son reflejo de alguna de tus características personales.
b. Identificación de áreas de oportunidad. Si conoces tus puntos fuertes sabrás para qué eres bueno, pero también podrás saber para qué no eres tan hábil y dónde tienes oportunidad de trabajar para desarrollarte de manera plena. Al identificar tus áreas de oportunidad y saber cuáles son tus fortalezas puedes mejorar tu rendimiento escolar, por ejemplo: tal vez te cueste trabajo estudiar Química, pero si sabes que se te facilita hacer esquemas, incluye muchos esquemas en tus apuntes y guías de estudio.