Si bien durante más de medio siglo México sustentó su desarrollo en un modelo cerrado, de crecimiento hacia adentro, durante la década de 1990 el país comenzó a experimentar un acelerado proceso de apertura económica y política que, aunque no resolvió las grandes desigualdades que aún aquejan a la sociedad, sentó las bases para el inicio de una profunda transformación.
En el aspecto político, el proceso de transición democrática desembocó en el primer momento de alternancia electoral después de la Revolución Mexicana, en el año 2000, con el triunfo de Vicente Fox. El gobierno del PAN, que se extendió hasta 2012 (con la presidencia de Felipe Calderón), y después el regreso del PRI en 2012, sirvió para que los ciudadanos se dieran cuenta de su capacidad de injerencia en la toma de decisiones, si bien la rendición de cuentas y el acceso a la información todavía faltan por consolidarse.
En relación con lo económico, el acceso a fuentes de empleo, la inversión de capitales trasnacionales y la activa participación de México en acuerdos internacionales han desembocado en las reformas energéticas y de telecomunicaciones, que apenas comienzan a ser aplicadas pero anuncian ya un cambio en la fisonomía del país. Los índices macroeconómicos se han mantenido estables, si bien se ha registrado un crecimiento del PIB muy bajo en comparación con los antiguos índices de mediados del siglo XX.
Con todo, la apertura política y económica han traído consecuencias negativas, que han afectado en el mismo periodo a los sectores de población más vulnerables. Entre ellos, la migración, el aumento de la violencia, el crecimiento de la economía informal y la falta de seguridad social atañen de manera directa a la sociedad. Son los retos que quedan pendientes para los años venideros.
OBJETIVOS ECONÓMICOS
OBJETIVOS DEL NUEVO PACTO SOCIAL
Guillermo H. Cantú (coordinador),
Vicente Fox Propone,
Ediciones 2000, México, 2000, pp. 20, 37-38.
Ya desde las campañas presidenciales se adivinaba un país dividido y polarizado y la elección del 2 de julio pareció confirmar esta sospecha. El mapa electoral de México, de acuerdo con el resultado de la elección presidencial por estados, nos mostró un país dividido en dos. El norte azul con sus islotes amarillos en Baja California Sur, Zacatecas y Nayarit. El sur amarillo, con sus lagunas azules en Puebla y Yucatán. Sin embargo, este país dividido en dos es mucho más complejo. La agregación por estados esconde diferencias entre distritos, especialmente porque nada nos dice respecto al nivel de competitividad dentro de los distritos, su volatilidad y su proclividad a dividir el voto.
¿Refleja la elección del 2 de julio un electorado mexicano más dividido y polarizado que nunca? Si bien hay claros patrones geográficos de distribución de preferencias entre partidos, esta distribución ni es nueva ni es contundente. Detrás del mapa bicolor existen dinámicas claras de volatilidad electoral y división del voto, que reflejan más una democracia joven que aún no encuentra un equilibrio en su sistema de partidos, que una democracia agotada tempranamente en polarizaciones políticas insalvables.
José Merino, Marco Morales y Roberto Ponce, “Elecciones de 2006: el mito del país dividido”,
en Este País, no. 186 (septiembre de 2006), pp. 27-35.
Instrucciones
Instrucciones
Por medio de una investigación en sitios gubernamentales (Inegi, Coneval, etc.), completa la información que se solicita.
-Deuda externa -Niveles de pobreza -Desempleo -PIB
De acuerdo con esta información, ¿cómo ha sido el comportamiento de la economía mexicana en los últimos años?
Investiga lo siguiente:
¿Qué lugar ocupa México en cuanto al nivel educativo según la ocde?
Actualmente, ¿qué lugar ocupa México en nivel de corrupción mundial?
De acuerdo con los datos de la ONU, ¿cuál es el promedio de libros leídos al año por los mexicanos?
¿Cuáles son tus conclusiones de todo lo anterior?
El desarrollo cultural de México se ha permeado de diversos artistas y manifestaciones. En un país inserto en el ámbito global la pintura, la música, el teatro, etc., se han visto influenciados por una gran variedad de vertientes culturales. Por ejemplo, en el ámbito de la expresión plástica son muchos por mencionar, aquí sólo algunos de ellos: Gabriel Macotela pintor tapatío que se ha destacado por sus interpretaciones de paisajes selváticos, estudiante de la UNAM y reconocido por el Instituto Nacional de Bellas Artes y en países como España, Brasil, Alemania y la India por sus exposiciones de arte colectivo.
Otro artista plástico más consolidado Juan Soriano, quien entre el año 2000 y el 2006 tuvo una gran presencia en el país. En el año 2000 participó en la plaza de la Constitución de la ciudad de México con la exposición diez esculturas y en la Expo Hannover en Alemania. En 2002 la Real Casa de Correos, en Madrid exhibió su obra escultórica y al año siguiente Soriano incursionó también en la ilustración de libros: “La fuerza del destino” de Julieta Campos y el “Águila o sol” de Octavio Paz. Su labor artística continuó hasta su muerte ocurrida en el año 2006.
También dentro de la arquitectura se puede mencionar a Javier Sordo Madaleno, también arquitecto y por tanto creador de una gran cantidad de edificios memorables del país, entre ellos, entre ellos hoteles y plazas como Plaza Moliere, Santa Fe y Antara, además de edificaciones en Cozumel, Puebla y Acapulco.
En el ámbito de las letras la producción nacional ha sido muy prolífica. Por ejemplo en 2004 Juan Villoro con su obra El testigo que refleja al México contemporáneo se colocó como una gran figura en este rubro. Por su parte Carlos Monsiváis se consolidó como un gran intérprete de los acontecimientos de la política y cultura a través de entrevistas, artículos, libros y conferencias. A él se debe también la inauguración del Museo de Estanquillo, ubicado en la ciudad de México, en donde se albergan una gran cantidad de artículos que hacen referencia a la cultura popular de este país.
Desafortunadamente Monsiváis falleció a los 72 años en el año 2010. Dos años después también murió Carlos Fuentes y en 2014 se sufrió la pérdida del poeta José Emilio Pacheco quien había recibido el premio Octavio Paz en 2003, el premio García Lorca en 2005 y el Cervantes en 2009. En el campo de la dramaturgia es necesario mencionar a personajes como Emilio Carballido, Hugo Argüelles, Vicente Leñero, Víctor Hugo Rascón Banda, Sabina Berman y Hugo Hiriart.
Graciela Márquez y Lorenzo Meyer, “Del autoritarismo agotado a la democracia frágil, 1985- 2010” en Nueva Historia General de México, México, El Colegio de México, 2010, pp. 772 y 773.